En fuga desde hace 120 años.

1897, Corsico. Nuestra gran aventura empieza en las puertas de Milán. O nuestro largo viaje, para ser más precisos. Sí, porque la empresa nació con el objetivo de crear sillines de viaje:

el automóvil era privilegio de unos pocos y la bicicleta el medio de transporte de masas.

El punto de inflexión llega en torno a los años 70. Hace ya algunas décadas que el automóvil ha adelantado a la bicicleta y esta debe abrirse un nuevo espacio. El viaje de Selle Italia llega así hasta Véneto.

Después del exitoso relevo de la familia Bigolin empieza un esprint infinito que impulsa la empresa hasta las cumbres más importantes del ciclismo, entendido como sport y como estilo de vida: Selle Italia se convierte en sinónimo de innovación, nuevas técnicas de fabricación y exploración de nuevos materiales.

Nuestra historia no es una competición contra los demás, sino una contrarreloj contra nosotros mismos para lograr una mejora incesante, constantemente proyectada hacia nuevos desafíos y nuevas cumbres por escalar con el único objetivo de obtener las máximas prestaciones y un excelente confort para el ciclista. Y el viaje continúa.